Los primarias vienen y van…
Pero los retos sociales y las causas políticas nunca se terminan. La lucha por la libertad y la justicia social continúa cada día, cada mes, cada año y cada siglo. Esta lucha es de la que ha tratado siempre el movimiento sindical, el feminismo, el ecologismo y el republicanismo cívico. Es la causa del PSOE y del socialismo asturiano.
Y de todo eso es de lo que va esta nueva campaña. De nuestra causa como organización política, de nuestros retos presentes y de nuestra continua ambición de transformación, que debe mirar al FUTURO. Los cambios profundos y duraderos no tienen lugar desde arriba hacia abajo, no son dirigidos por las élites existentes que son, por definición, intrínsecamente conservadoras. Las grandes transformaciones ocurren siempre desde abajo hacia arriba, cuando hay quienes ya han interpretado los cambios en número suficiente, y forman equipos, se unen y se involucran en una causa. Es por ello que quienes, en los últimos meses nos sumamos para continuar con nuestra ambición de transformación política, debemos perseverar en nuestro empeño. Y con este ánimo me siento representado en la candidatura de Adrián Barbón, manteniendo el máximo afecto hacia la alternativa que encabeza alguien con la categoría personal y la talla política de José María Pérez.
Cuando empezamos esta campaña hace poco más de medio año, no teníamos organización, ni dinero, ni nombres ilustres (salvo un puñado de excepciones sostenidas por su coherencia, idealismo y coraje). Los medios determinaron que éramos una campaña marginal, pensaban que no íbamos a ir muy lejos. El tiempo demostró que no nos equivocábamos, que nuestra visión para el futuro de esta organización, de transformación profunda, no era una ocurrencia de marginados. Es la visión que la mayor parte de nuestros compañeros compartía y que millones de ciudadanos estaban esperando, durante demasiado tiempo. Tanto tiempo que nos alejó del futuro de este país, pues perdimos por abrumadora mayoría el respaldo de la gente joven.
JUNTOS, logramos volver a conectar, acudieron por miles a escucharnos y a ser escuchados. Despertamos ILUSIÓN y en una campaña sin precedentes, mostramos que nuestra gran organización podía recuperar su autonomía de los poderes establecidos.
Debemos continuar nuestros esfuerzos desde la base para crear, a partir de las plataformas de militantes, una red movilizada y efectiva de activistas sociales y electorales.
Debemos admitir que, también en Asturias, el Partido Socialista ha perdido su base electoral en las ciudades y entre los jóvenes, y debemos trabajar para recuperarla. Porque nuestra organización debe aspirar a intentar ganar elecciones en todos los niveles, en todas las convocatorias y en todas las circunscripciones.
Debemos sembrar el nivel municipal de candidatos comprometidos y con recorrido, convirtiéndolos en candidatables testados para niveles superiores en futuras elecciones. Debemos trabajar de forma incremental en cada proceso electoral, con una visión a largo plazo en la estrategia del partido. La FSA debe trabajar de forma descentralizada, atendiendo a las necesidades de cada territorio y de cada elección. Nuestro acento regional debe estar también en las elecciones locales, generales y europeas.
Debemos revisar la política de comunicación en los canales tradicionales y en las redes sociales. Representantes del partido, reconocibles y con responsabilidades concretas, deben fijar posición e interactuar. La plasmación del compromiso de los militantes del partido como agentes electorales, en las redes sociales, con colaboraciones en medios tradicionales y con comités de acción, debe ser coordinada en red, de forma más coherente y ganando masa crítica.
Debemos establecer un Plan para el Crecimiento de la Afiliación (con el objetivo al menos de que cada militante incorpore un nuevo afiliado al año).
Esta campaña no sólo trata sobre elegir un nuevo Secretario General de la FSA, lo que elegimos es el papel de nuestra organización para transformar nuestra región. Esta campaña trata de poner fin a un modelo de partido burocratizado y poco poroso a la sociedad, con problemas para comunicar afuera lo que hacemos, y para entender desde dentro lo que nos intentan transmitir desde fuera; un modelo opaco que aumenta el riesgo de comportamientos indecentes.
Transformar nuestra región para poner fin a la frustración que existe entre miles de jóvenes asturianos a causa del desempleo y la precariedad laboral. A la preocupación de las familias por el futuro de sus hijos e hijas, nietos y nietas.
Para poner fin a la incertidumbre entre madres y padres jóvenes, preocupados por el aire que respiran sus hijos e hijas y por cómo afectará la contaminación a su salud… mientras la industria que aquí contamina reside fiscalmente en Madrid. De madres y padres no tan jóvenes, de abuelos y abuelas, preocupados porque sus hijos e hijas... siguen viviendo bajo su mismo techo. La preocupación lleva a la desesperanza y ésta a la emigración…
Todo esto sucede en Europa Occidental, en el año 2017, en una región que no es capaz de liderar un proyecto de estación de tren y autobús propio del siglo XXI para su mayor ciudad.
Esta campaña va de fortalecerse para derrotar de nuevo al Partido Popular y a Foro Asturias. No podemos arriesgarnos a tener un gobierno autonómico que, en medio de tanta precariedad, de tantas amenazas a nuestros servicios públicos, se sume a la moda neoliberal que tanta desigualdad ha generado estos años. Con un modelo de complicidad hacia algunas empresas, que amenaza los servicios públicos y que está en la raíz de la corrupción.
Pero derrotar, sin más, al Partido Popular y a Foro Asturias no puede ser nuestro objetivo. Para lograr este objetivo, para activar con energía el esfuerzo de miles de voluntarios y voluntarias, necesitamos transformar nuestro proyecto político. Debemos organizar una Conferencia Política Abierta en 2018, atrayendo la participación de personas referentes y comprometidas. Mezclando el enfoque de nuevos talentos con la experiencia en la gestión de políticas públicas complejas.
Debemos TRANSFORMAR LA ESPERANZA EN REALIDAD. Que nuestro proyecto, una vez más, no sea el de unos pocos y sea el de todos.
